Cracovia, una bella ciudad medieval conservada, un lugar lleno de riqueza en tan poco espacio, su gente y su arquitectura goza de gusto. Iglesias en casi cada esquina y un clima respetuoso. Restaurantes y comida de alto nivel. Unas minas de sal junto a su gran castillo Wawel, más los coloridos edificios le dan un toque único a esta gran ciudad polaca.